¡Feliz #DiaMundialDeLaPoesia! Lo celebramos con un poema de Hugo Ortega Vázquez:

Valdría la pena decir:
¡que sucumba al precipicio la incauta!
Que se desplome
que cierre los párpados
antes de que las nubes le enreden de hiedra ponzoñosa las pestañas
y las espinas perforen su rostro de firmamento
.

Ahora los relojes callan por la noche
cuando terminan de tejer su sombra
sobre las manecillas / callan temblorosos
mientras en el descenso de la que sueña agoniza su respiración
.

Ahora vas ataviada con el ropaje íntimo de la madrugada
envuelta entre el vaho de los poetas insomnes
entre los versos de aguas turbias / perdida
naufragando
en el oleaje romántico de la memoria escribana
aunque sigues cayendo
allá, a lo lejos
afuera de tu cuerpo de humo que no tiene sombra
porque carece de la materia que yace tendida
sustancia dormida / bajo el refugio de los astros nocturnos
bajo el abrigo de un poema que no duerme
.

Los resquicios de tus ojos fertilizan planetas
en el trayecto los vas dejando como estelas
como una línea de rocas que tiritan
sobre la oquedad en que penetras al caer
no cuentas con el tiempo
ni siquiera el agua derramada entre tus muslos te despierta
te conviertes en viento
aúllas entre los peñascos
y te reconoces entre los ecos
en canto de grillos tus suspiros
en lechuza blanca que presagia verdades
te transformas en distancia también
en el reloj que no duerme nunca
y que desteje su sombra sobre las manecillas.

Oscuridad, de Hugo Ortega Vázquez (Akbal)

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